Realidad y familia, componentes del todo individual
¿Qué determina a una familia? ¿Cómo se construyen los lazos entre personas para formar tal relación? Definitivamente, la concepción de estructura familiar ha variado con los años y se ha modificado para acoplarse a las diversas formas de interacción personal modernas. Además, las relaciones familiares en Guatemala se ven constantemente afectadas por el común denominador de la realidad nacional: la violencia. ¿Dónde está el hilo que relaciona ambos sucesos? Hacia ello se enfoca Nuestra, de Alejandro Anzueto, intentando establecer un diálogo gráfico entre el lector y su realidad social.
Para Anzueto, la fotografía resulta el lenguaje idóneo para fusionar los símbolos con los que construye un todo, una noción globalizada de familia y violencia integrando conceptos que alcanzan unidad en la imagen. Esta conceptualización integral se logra gracias a la contraposición de imágenes, de escenas y posturas simbólicas, que se conjugan dando paso a nueva percepción totalitaria del entorno. En este sentido, la materialización de familia escapa a cualquier regulación de como ésta debe ser, ingresando a un campo que se abre a todas sus posibles definiciones.
Sin embargo, el artista no pretende develar una idea preestablecida, aceptada. Todo lo contrario, la muestra se erige como una invitación al acercamiento personal hacia el cómo la familia y el entorno nos determina. De entrada, rostros apacibles - amistosos, ajenos - contrastados con penetrantes figuras descarnadas y ambientes incómodos, hostiles, inducen al lector a una reflexión sensorial acerca de qué y quiénes lo rodean.
A través de Nuestra, Alejandro Anzueto explora la relación entre el individuo y su entorno/familia, entre los núcleos familiares guatemaltecos y la violencia omnipresente en la realidad nacional. Además, las imágenes que conforman esta muestra se presentan como la culminación del proceso de unificar las distintas nociones de agrupación social, de relación de dependencia, con el simbolismo grotesco de proyecciones dominadas por las tonalidades en rojo y figuras óseas que acaparan el campo visual.
Más que una invitación, esta muestra es un reto al lector para identificarse con la propuesta, redescubrirse en alguna de sus imágenes y encontrar cabida en una sociedad teñida de sangre. Como dice el dicho: al final solo queda la familia, sea cual sea.
Con el objetivo de mezclar el concepto de familia como estructura tradicional, así como sus distintos tipos presentes en esta sociedad, incluso los no aceptados, Nuestra recopila distintos símbolos visuales que se fusionan con la vida diaria y nuestro entorno violento. Tomando como referencia el cuerpo y la percepción ante la sensibilidad que le rodea, esta muestra se basa en imágenes grotescas que se han convertido en parte de nuestra cotidianidad, de nuestra familia, en distintos estratos y actividades socioeconómicas y culturales.
